¿Bendiciones o hurto?

Hasta hace algún tiempo siempre me preguntaba

¿Por qué los pastores evangélicos construyen rápido  sus iglesias?

¿Porqué los evangélicos abren emisoras rápidamente?

¿De dónde tienen los pastores evangélicos para comprar carros finos y último modelo?

¿De dónde sacan recursos para comprar las vestimentas más finas?

¿Porqué algunos pastores evangélicos necesitan guardaespaldas?

Quizás estos y muchos otros interrogantes se han planteado algunas personas junto conmigo.

 

Cualquiera podría pensar, y hasta si le preguntamos a un pastor evangélico, él podría decirnos que son el producto de las bendiciones de Dios. Son bendiciones que ellos reciben porque son   fieles siervos.

La respuesta no está en que estas sean bendiciones de  Dios porque conozco a muchos  hermanos fieles evangélicos y también reciben bendiciones, pero no llevan toda esa vida de comodidades y vanidades  como los pastores.

¿Acaso las bendiciones de Dios son solo para un grupo de fieles? ¿Tiene Dios grados de bendiciones? Dice la Biblia “para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5:45) Tanto justos como injustos reciben bendiciones de Dios. La Biblia no enseña que Dios tenga grados para bendecir a unos fieles más que a otros fieles.

¿De dónde vienen tantas comodidades de los pastores evangélicos? 

La respuesta está en preguntarnos ¿Porqué los pastores evangélicos hablan de ofrenda y no de diezmo?

Muchos pastores evangélicos hablan de ofrenda y no de diezmo argumentando que el diezmo está abolido porque el antiguo pacto fue abolido, pero en la Biblia no se menciona que el diezmo fuera algún pacto y mucho menos que estuviese abolido.

Otros argumentan que el diezmo está abolido porque no se menciona en el Nuevo Testamento. Pero esto no es argumento porque en el Nuevo Testamento no se enseña lo que ya está claro y establecido. En el Nuevo Testamento no se enseñan cosas como el no consultar a los muertos, no se enseña la prohibición de la zoofilia, el guardar el sábado, no se enseña el no tomar el nombre en vano de Dios, entre otros; porque estás son cosas que ya estaban claras y establecidas y de las que no había ningún tipo de duda.

Los pastores evangélicos no enseñan acerca de la vigencia del diezmo porque el diezmo solo lo recaudarían, de parte de la hermandad, semanalmente o quincenalmente y hasta mensualmente como sucede en muchos países y eso no les rendiría económicamente.

Ellos enseñan ofrenda, porque la ofrenda es un negocio, aunque así no parezca, es más lucrativo que el diezmo.

Las entradas en ofrendas son más cuantiosas que el diezmo. Los domingos en algunas iglesias  se recolectan dos ofrendas, jornada en la que está presente la mayoría de la hermandad y dan liberalmente sin pensar si es o no es la decima parte.

Durante la semana, todas las noches hay culto, y se recoge ofrenda en cada uno de ellos.

En algunas iglesias dividen a la hermandad por días y hacen ayunos en la semana en las horas de la mañana y durante  estos también  se recogen ofrendas.

Todas estas ofrendas son recursos que entran a las arcas del pastor. En la actualidad ser pastor evangélico es la mejor profesión,  económicamente hablando. Es el mejor negocio  porque  no necesitas invertir tu  dinero, no necesitas sudar demasiado; solo debes utilizar tu psicología y persuasión  para manipular las mentes.

Es lamentable, pero en algunas iglesias he notado como hacen algunos espectáculos con supuestos milagros para así engañar y hacer que las ofrendas sean más numerosas. Supuestamente  levantan inválidos, curan dolores de muelas, expulsan demonios, etc. y todos estos actos hacen aumentar las ofrendas de parte de los presentes porque creen que allí está Dios.

 Hace algún tiempo un amigo me comentaba  que un  pastor evangélico jugó psicológicamente con los hermanos. Este desde el pulpito dijo: “Dios me ha revelado que en este lugar hay 10 hermanos con un billete de X cantidad; hermano Dios necesita ese billete y él desea bendecirte, trae tu billete y el Señor te lo multiplicará…” Con esa psicología, la persona que sabía que tenía ese billete de alta denominación  en su bolsillo, pronto lo colocaría en las ofrendas. Lo más absurdo es que posteriormente fue aumentando la cantidad de hermanos, de 10 hermanos  pasó a más para que más personas presentaran su  billete de ofrenda.

 

Lamentablemente, los pastores evangélicos han hecho de  la religión  un negocio. Hace algunos días conversaba con una persona amiga y estimada. Me comentaba que durante algún tiempo asistió a una iglesia evangélica porque estaba enferma y desesperada y no sabía qué hacer. Fue a dicho lugar en busca de Dios. Pero lamentablemente se apartó porque el pastor la visitaba para orar por ella y cada oración tenía un alto costo de dinero. Cada vez que iba a la iglesia el pastor le pedía cosas materiales tanto a ella como al esposo.

 

Las ofrendas son la clave de porqué los pastores evangélicos se enriquecen y porqué ellos en poco tiempo tienen emisoras, aunque muchas son ilegales, de porqué ellos visten ropas costosas y  se mueven en autos último modelo, las ofrendas son la clave de porqué necesitan guardaespaldas y de porqué no  hablan de diezmo.

No es que los  pastores evangélicos sean los hijos fieles que reciben más bendiciones que el resto de los fieles. Dios no tiene grados de bendiciones para sus hijos fieles. No son bendiciones son una forma de hurtar en forma descarada y aparentemente legal.